#07 Los discos de la semana 27
Un recorrido por mi semana a través de los discos que he estado escuchando
Foto de Stephen Harlan en Unsplash
Esta semana vuelvo a publicar el martes, y van tres. De momento, parece que se va a quedar este día y ya iremos viendo. Poco a poco, hemos ido entrando en el verano y las novedades son cada vez menos. Gracias a lo cual, he tenido la oportunidad de profundizar en muchas cosas que tenía pendientes desde hacía un tiempo largo y me he podido dedicar a poner cierto orden en mis escuchas. El tener que hacerlo todo a mano, y de forma orgánica, hace que, a la larga, termines perdiendo el hilo de todo un poco. Aunque, no me malinterpretéis, hay cierto encanto en seguir un hueso y terminar en no se sabe muy bien dónde o por que, entre tus propios discos. Creo que nunca había tenido un control tan férreo de lo que forma parte de mi biblioteca y lo que no.
Por orden, la semana pasada comenté mis tribulaciones con el plato. El mundo del Hi-Fi es un mundo muy complicado, muy caro y, sobre todo, muy hostil. No porque la gente lo sea, que a veces también, sino porque a veces, cuando no tienes ni idea, te puedes meter en madrigueras que no tienen fin. Hay más platos que días, y más días que longanizas. Las razones que te lleven a comprar un tocadiscos u otro, es algo que tienes que tener muy claro antes de comprar, porque lo más probable es que te equivoques. A mí me pasó la primera vez.
Para este segundo plato, he comprado uno sencillo que me promete las tres cosas que considero más importantes: buena construcción, con un buen motor y buenos materiales, buena cápsula de base, con una Ortofon, y un muy pequeño margen de mejora, le puedo cambiar la cápsula y poco más y todo esto, por 200 euros. Tengo, por un precio similar, otros platos que me prometen más. Los Audio Technica, por ejemplo, tienen un sistema automático y brazos con porta cápsulas y previo de phono por el mismo precio o un poco más, o los Rega, que tienen un brazo más robusto por un poco más de precio, incluso Pro-Ject tiene gamas mejores por poco precio más. Podría, pero entonces tendría que negociar. O bien pagar más dinero, o bien aceptar peores materiales, o que me pongan funciones que no necesito para inflar el precio o aceptar un peor funcionamiento ¿Cuál es el límite? En realidad, yo quiero un plato que funcione y ya está y eso me lo da el Primary E. No estoy interesado en nada más. Al final, yo tampoco soy ningún experto y no quiero serlo. El primero que me llegó, estaba defectuoso, así que no he tenido la oportunidad de utilizarlo pero me muero de ganas de poner esa aguja a girar, mi copia de Ghosteen sigue estando precintada y esperando.
En otro orden de cosas, he estado leyendo el libro de Azerrad: Nuestro Grupo Podría Ser Tu Vida y lo estoy disfrutando muchísimo. Para mi, es altamente recomendable y más si sientes algo de interés por la escena indie y el Hardcore de los 80 en USA. Concretamente, he estado leyendo las historias de Replacements y de Hüsker Dü, dos grupos que, fácilmente, podrían ser de mis favoritos. Luego vuelvo sobre ellos.
Tal y como adelantaba al inicio, esta semana, al igual que las anteriores, no nos trae demasiadas novedades, aunque sí una inmensa sorpresa que no he dejado de celebrar en toda la semana, una enorme decepción, que aún no se como encajar y un descubrimiento frente al que no se como posicionarme. Como de costumbre, mis discos pueden ser consultados en Bandcamp (al final, he terminado comprando el Bend Beyond) y la lista completa de lo que he estado escuchando esta semana puede ser consultada aquí, a continuación, voy a comentar algunos de los discos.
Come on Feel (1993) - The Lemonheads
Jamás había oído nada de Lemonheads, ni siquiera el nombre, hasta hace un par de meses. Una tarde, en el Discord de
, alguien mencionó que lo iban a reeditar y, en mi revisión del mundo del indie y lo alternativo (especialmente, desde que he aceptado que el Pop mola), empecé a preguntarme quiénes eran. Antes de entrar en grupos antiguos, Tengo el vicio de ir a mirar los 1001 Discos que hay que escuchar antes de morir, que hacen las veces de canon occidental, y resultó que tenían dentro su It 's Shame About Ray. Decidí empezar por ahí y es un disco de cinco estrellas, pero esa es otra historia.En general, todos los relatos de la época señalan que es un disco fallido, un disco que está a medio hacer. Como no estoy nada familiarizado con Evan Dando y su obra, decidí que mi relación con Come on Feel sería pura y sin mediaciones.
Las primeras escuchas de Come on Feel, me encandilaron. En parte porque es un sonido mil veces escuchado, en parte por las propias bondades del LP. Es un pedazo de disco de rock alternativo, indie, power pop, whatever. Un disco de esos, que sientan las bases de un estilo. Al menos, eso pensé. Es solvente en todo lo que plantea e incluso, por momentos, consigue llenar toda tu atención. Tiene temas que me han parecido verdaderamente interesantes, como es el caso de Into Your Arms, Big Gay Heart, It 's About Time, I’ll do it Anyway o, incluso, Rick James Style. Una experiencia, a mi juicio, altamente satisfactoria, a pesar de que en términos generales cuesta un poco hacerte una idea general de lo que pretende contar. Esta idea, se quedó rondando en mi cabeza y decidí que necesitaba volver sobre él, más veces.
A lo largo de las últimas semanas, lo he estado escuchando muchísimo. Al principio, comparándolo con Ray, por eso de tener un poco de contexto, y luego, el solo. Es curioso, porque no es un mal disco. Pero, esas primeras impresiones tan satisfactorias, se fueron poco a poco desinflando hasta quedarme con un par de canciones y una idea, la de trascender su propio sonido en un momento, el 93, en el que la arena estaba llena de contendientes a herederos de una escena moribunda. Si bien es cierto que, en el largo plazo, las semillas que Lemonheads siembran en este Come on Feel serán verdaderamente fructíferas, la deuda que tienen todas las bandas del pop de los segundos 90s y primeros 2000s es evidente, en términos generales Come on Feel se siente destartalado y deslavazado.
Al final, lo he terminado sacando de mi biblioteca pero eso no le quita ni un ápice su interés y su relevancia en la construcción de ese sonido tan recurrente, cuya influencia llegamos a ver en bandas de todo el mundo.
Peace Loving People (2023) - Pardoner
La enorme sorpresa de la semana. El grupo que andaba necesitando. El sonido que quería escuchar. El homenaje a todo lo que me gusta, a todo lo que disfruto. Pardoner suena a primeros 90s, a esa época en la que no había un Nevermind y Lemonheads estaba componiendo Come On Feel. Suena a punk auténtico. A punk a lo Replacements, a lo Butthole Surfers, a punk satisfactorio.
Desde los primeros acordes, queda claro el discurso de Pardoner. Aquí, hemos venido a homenajear al rock independiente y es lo que hay en este disco. A lo largo de sus 14 temas, todos cortos (el más largo tiene 4:15 y es el último del disco) se despliega una particular manera de revisitar un periodo inigualable, llegando incluso a actualizar sus postulados sonoros y trascendiendo la herencia de algunos de aquellos. De esta manera, a veces suena a Minutemen, pero no a los minutemen esos pegados al funk del que D. Boon era tan fan, no. Suenan a esos minutemen directos y concisos que dicen lo que quieren con una total economía de recursos. Suenan a los Hüsker Dü más cabreados, pero con un Mould ya, de lleno, en su deriva Power Pop de Sugar. Suena a todo eso, a la vez, y sin ningún tipo de reparos. Es absolutamente delicioso.
Vivimos tiempos de revival y tiempos de revisitar aquel tiempo con mucha nostalgia, nostalgia de un tiempo que ellos no vivieron, nostalgia que apesta a conservadurismo y resistencia al cambio de un mundo que se desmonta para siempre. Nostalgia por una escena que fue arrasada por las presiones de las major y la emergencia Nu Metal. Pues bien, en Pardoner no hay nada de todo esto. Hay homenaje a un sonido, a una manera de entender la música. Un homenaje al punk en el que yo me forjé y, de ahí, mi conexión instantánea con este disco.. Temas como Cruel Gun, Deadbeat, Lily Pad o My Wagon, ponen de manifiesto que este disco es una propuesta en la que vale la pena detenerse e, incluso, altamente disfrutable. Como reflexión, probablemente en otro momento, lo hubiese ignorado.
Radio City (1974) - Big Star
No lo sabes, pero necesitas escuchar este disco. Todo está aquí. Toda la esencia del power pop yace, primigenia, en este disco. Aquí se encuentra la piedra rosetta de casi todo lo que ocurre en USA, también en UK, en los 80 y los 90. R.E.M., Replacements, Teenage Fanclub, Wilco, todos ellos, beben de estas canciones y desarrollan algunos de los muchos caminos que Big Star abre en este Radio City. Yo no había oído hablar de ellos hasta este año, pero eso no quiere decir que no estuviese familiarizado con su obra, aunque no fuese consciente.
Este Disco, para mi, sobresale sobre los otros dos (#1 y Third/Sister Lovers), porque los desarrollos de las guitarras, el sonido metálico pero suave, esa manera de construir los solos, esa manera de cantar, todo en este disco me resulta hipnótica. Las canciones, fuertemente influenciadas por el garaje y las primeras olas del punk pero convertidas en un ejercicio de pura belleza austera y directa, muy en la línea de otros coetáneos como Paul Verlaine y sus Television, son algo digno de escuchar. No se trata de temas largos y no hay, tampoco, grandes desarrollos. Tampoco los necesita, en su lugar Chilton, ya sin Bell, da rienda suelta a sus tribulaciones y lo carga de una emocionalidad única que, en su contexto (hace más de 50 años) resulta absolutamente novedosa y, en última instancia, inspiradora y adictiva.No en vano, el legendario crítico Robert Christgau, dijo que el álbum era brillante y adictivo y no se me ocurre mejor definición.
Podría seguir hablando durante horas de este disco, pero todo palidece en comparación con la experiencia de escucharlo. La sensación constante de saber que estás en casa y, a la vez, maravillarte con eso tan moderno que están haciendo hará que, automáticamente te enamores de este disco tanto si tienes ganas de indagar en el desarrollo de la industria del pop como si, simplemente, quieres escuchar un disco de pop irrepetible.
the record (2023) - boygenius
Un súper grupo de tres mujeres, Julien Baker, Phoebe Bridgers y Lucy Dacus, nacidas en el 95, que se dedican a indagar en referentes tan masculinos como Elliott Smith, Tom Waits, Replacements (estoy decidido a meterlos en todos los discos de esta semana) o Nine Inch Nails pero desde un punto de vista absolutamente nuevo. Es decir, despojándolos de su propia esencia masculina, (por tanto, de ese halo de alcohol, de perdedores, de malditos) para convertirlo en el vehículo de una emocionalidad mucho más universal. Todo podría haber salido mal y haberse convertido en un tema que rellene el opening de Dawson Crece, pero no. Suena a cortinilla de Dawson Crece y consigue ser muchísimo más que eso.
Me acerqué a este disco con muchísimo recelo, no me voy a esconder ahora. La cantidad de animaladas que había leído contra él era ingente, un simple paseo por su página en RYM da una idea, y las expectativas de que fuese otro disco lleno de chorradas me ponían muy alerta. Sin embargo, los dos anticipos que había escuchado me gustaban mucho: $20, Emily i’m sorry y, sobre todo, Not Strong Enough. Yo, soy una persona que disfruta mucho con los retos, vengan del lado que vengan y Not Strong, me desafiaba mucho. Ya desde los primeros acordes, se dibujaban en mi mente recuerdos de mi infancia tardía. De las sesiones de tele de las mañanas de televisión española, del sol de justicia, el calor tórrido y el tedio veraniego. Había nostalgia, si. Pero también, al reconstruir todo aquello, había colores y olores que estoy seguro que originalmente no formaban parte de aquel recuerdo. Me estaban invitando a imaginar cómo de diferente podría haber sido el mundo, pero no desde la pérdida, desde la conciencia. Entré de lleno. Always an angel, never a god.
Con todo, hay reivindicación y es una patada en los huevos de muchas personas que se van a sentir profundamente violentados con este disco. No se que es lo siguiente que hará boygenius, de momento, han conseguido esquivar la mediocridad y, misteriosamente, les ha quedado un disco bonito, sólido, atractivo y especialmente sugerente en un ámbito que no es nada proclive a eso que hacen. Este no es otro disco de nostalgia noventera, ni otro disco moñas de folk, es un disco completo que brilla tanto en su composición, como en su discurso. Solo el tiempo nos dirá hacia donde van, yo no tengo mucha confianza en sus siguientes pasos, mientras siempre nos quedará este the record.
I Inside the Old Year Dying (2023) - PJ Harvey
Estaba completamente decidido a entregarme a las miles de Polly Jean y dejarme llevar. Estaba dispuesto a abrazar este disco como uno de los grandes del año. Los adelantos me tenían fascinado y la portada me parece chulísima. Así, me senté a escucharlo y, poco a poco, mis expectativas se fueron dando de bruces contra una realidad que no estaba dispuesto a asumir: no me estaba gustando. Volví sobre él, al menos, cuatro o cinco veces más y cada vez, me iba desconectando más.
La trayectoria de PJ, a estas alturas de la vida, permite muy pocas reservas. Estamos hablando de una de las artistas más grandes que hay en el panorama actual. A lo largo de todos estos años, además, ha transitado innumerables transformaciones, cambios de estilo y reconversiones, al final, ha evolucionado hacia nuevos espacios en los que seguir expresando su creatividad que está fuera de toda discusión. En ese tránsito, como bien analizamos en la semana 23, nos ha dejado algunos de los mejores discos que he tenido la suerte de escuchar. Sin embargo, no será este.
Empieza flojo, para mi mucho, y se mantiene así durante gran parte del primer tramo. En lo personal, me ha costado incluso ser consciente de que estaba escuchando un disco y que ese disco era de PJ. Canciones muy dilatadas, recursos que me suenan manidos, en general, temas no muy interesantes. Tan solo, hacia el final, parece que se despierta un poco y se pone verdaderamente emocionante. En mis primeras notas, no tenía muy claro si me gustaba porque se estaba terminando o si, de verdad, habían introducido todo lo reseñable en este tramo. Ahora sé que es la segunda, pero me da pena que se haga tanto de rogar. Una verdadera lastima.
Y no, aquí no cabe Replacements.
R (2000) - Queens Of The Stone Age
Con este disco, tenía una deuda de hace muchos años. Normalmente, se suele citar como uno de los grandes discos de la banda. El que sienta las bases de una trayectoria que llega, con mucho éxito, hasta nuestros días. Sin embargo, para mi, era un disco más bien flojo y poco interesante. Con la publicación del "In Times New Roman…” No he parado de leer reseñas señalando su importancia, otra vez, así que decidí darle una oportunidad y dilucidar esta cuestión.
Ahora, con la perspectiva de los años y lo que se hoy, puedo confirmar que no me gusta este disco y que, en realidad, tampoco me gusta QOSTA. Al menos, nada de lo que hacen tras el debut, que es lo único que me interesa. Esto no quiere decir que no valore su trayectoria o su discurso. Me parece super interesante que Homme haya sabido construir una carrera tan solvente sobre unos principios tan reconocibles y claros: su visión personal del hard rock, un fuerte y muy característico sentido del humor, no tomarse demasiado en serio a sí mismo y sonar siempre ligero y apetecible. Esta es la única manera de explicar cosas como Era Vulgaris o In Times New Roman, discos altamente disfrutables y, sobre todo su obra cumbre, Songs for the Deaf. Sin embargo, para mi, pasado el umbral del debut, cuando aún se encuentra muy cerca de Kyuss y los riffs son pesados y molones, se deja llevar por esta voluntad y, disco a disco, va perdiendo interés. En este sentido, pues, Rated R, representa el principio del fin y el punto exacto en el que empiezan a no interesarme nada.
Dicho esto, entiendo que la gente vea en este disco un punto de inflexión, lo es. Es el punto exacto en el que QOSTA abraza la ligereza y construye su rock de riffs rápidos e intrincados, es el punto en el que abandonan definitivamente el sonido pesado y construyen los cimientos de su interpretación del Stoner, ya alejados de otras bandas como Sleep o los propios Kyuss. No es un mal disco, para nada. Pero no es el camino que yo quería que siguieran.
Dragon New Warm Mountain I Believe in You (2022) - Big Thief
Quien no lo conozca, se está perdiendo uno de los mejores discos del año pasado y, diría, de los últimos años. Sus dos anteriores, U.F.O.F. y Two Hands ya valen muchísimo la pena, especialmente el primero al que le debo mi afición a Big Thief y a Adrienne Lenker. Aunque en solitario me gusta menos que con el grupo. Las primeras veces que lo escuché, me costó un poco entrar. En la misma línea que boygenius, pero abrazando más el folk, se sitúa en el espectro de eso que llaman americana. Esto es más patente en los otros y aquí, esperaba encontrarme algo parecido y resultó que no o, al menos, no exactamente.
Dragon se gesta de una manera un tanto peculiar. Para este álbum, la banda toma la decisión de componerlo en cuatro sesiones diferentes durante cinco meses. De esta manera, construyen un relato del periodo post COVID de una profundidad y una apertura de miras poco vista. El tracklist se compone de 20 canciones, es un disco larguísimo, de las 45 que grabaron y los cambios de estilo, la evolución y la transformación se palpa en todos y cada uno de los temas que lo forman. Al principio, suena poco cohesionado, especialmente en la convivencia de los temas los unos con los otros, pero una vez pasas ese momento de estupor y estás a merced del grupo, estas en situación de abrazar el viaje que representa acercarse a DNWMIBIY.
Es un gran disco, de esos que dejan claro que Big Thief es bestial, aunque ni es perfecto, ni pretende serlo. Quizá una de las cosas que más me gusta de este disco, es eso. Si hay algo en este disco es búsqueda y yo, musicalmente hablando, celebro pocas cosas con tanto ahínco como la búsqueda de uno mismo y de los demás. Recomiendo mucho el texto de
sobre este disco y, como no, su disco a disco.Otras cosas Interesantes que comentar:
D.i. Go Pop (1994) - Disco Inferno
Uno de los discos que sientan las bases de lo que más adelante conoceremos como Post Rock. Personalmente, no lo he disfrutado tanto como me hubiese gustado. No sabría decir qué es lo que falla, probablemente si lo hubiese escuchado en algún momento entre el 94 y el 2007, hoy me encantaría. Pero no fue el caso y solo veo desarrollos muy largos y una experimentación que es muy guay, pero me apetece menos. Los guardaré en la recamara y volveré a ellos más adelante. Puede que sea una cuestión de timing.
Unsound (2012) - Mission of Burma
Finalmente, no conseguí amarlo todo lo que esperaba. Lo que no quiere decir que sea un mal disco, tan solo que no me habla mucho o no quiero darles el tiempo que merecen.
Flip your Wig (1985)/New Day Rising (1985) - Hüsker Dü
Siempre es un buen momento para volver sobre Hüsker Dü. Comentaba Bob Mould en el libro de Azerrad, que eran buenos y lo sabían, que estaban creando algo absolutamente nuevo y rompedor. Tenían razón. Toda la razón. Ese sonido, acelerado, afilado y lleno de capas profundas y ruidosas es algo bastante único, aún hoy. Vienen del hardcore, pero pronto se convertirán en el eslabón perdido entre el hardcore, el power pop y muchas otras cosas que confluyen en el dueto Hart-Mould. En mi concepción del universo, existe uno en el que Mould es Kurt Cobain y Copper Blue es Nevermind.
Su disco más famoso es Zen Arcade, un álbum conceptual en el que construyen una metáfora de su propia situación vital que funciona, a la vez, como denuncia y como declaración de intenciones. Un disco doble, con un discurso claro que capta a la perfección el malestar de su tiempo: la opresión de la sociedad de Reagan, el puritanismo y el despertar de los nuevos problemas sociales, en concreto la homosexualidad. Este disco, hoy, debería ser considerado un pilar fundamental de la cultura del S.XX.
Sus dos siguientes discos, el New Day Rising y el Flip Your Wig, es verdad, son menos canónicos que el Zen Arcade, pero resultan igualmente sugerentes. Especialmente, el New Day Rising, disco que a mí, personalmente, me parece absolutamente imprescindible. Canciones como I Apologize, Celebrated Summer o Books About U.F.O., son trallazos directos y certeros en los que yo he aprendido tanto y que me han ayudado a vehicular mi propia angustia, tantas otras veces que ya forman parte de mi propia esencia. Flip Your Wig, por su parte, es un disco que tengo menos escuchado y sobre el que, más adelante, tendré que volver.
Siempre es un buen momento para volver sobre Hüsker Dü.
Knocknarea (2023) - Maruja
Cuando publiquen su LP, este grupo de Manchester va a dar muchísimo que hablar. Ya, en este EP, hay bastante bondades a tener en cuenta, aunque de momento, me siento un poco cauto al respecto. Su sonido se sitúa en un punto cercano a los Black Country, New Road de la época del For The First Time, pero menos arty y más post rock. Una de sus principales bazas es el uso de vientos, principalmente el saxo, que utilizan para enfatizar las progresiones y un apartado vocal correcto. En términos generales, tengo el hype bastante alto y muchas ganas de ver que es lo siguiente que hacen.