#22 Informe final 2023: Los Mejores Discos de mi 2023
La lista final de los mejores discos de mi 2023
Ya se ha terminado el 2023. La intensidad y la exigencia del año se empieza a notar, cada vez me cuesta más ponerme a analizar, las novedades se han parado y ahora toca cerrar. Hay algo reconfortante en cerrar. Es la manera de poner punto y final y prepararse para un nuevo ciclo. Vaciar para volver a llenar y, entre medias, aprovechar para deleitarte con la cosecha. Para mi, en lo que a discos se refiere, 2023 ha sido especialmente interesante. A veces cuesta mucho transmitir las emociones que me despierta un disco, la potencia, la pasión o el torrente de sensaciones que se esconden detrás de un riff concreto. Tampoco es fácil situar al lector en el lugar en el que yo mismo me situo a la hora de abordar un disco, siendo uno de los retos más grandes de la prescripción cultural y, para mi, una de mis pequeñas obsesiones. Los discos y la música no siempre son, solo, buena o mala. A veces, en uno malo hay oro y otras, en uno universalmente bueno no hay nada. Por eso, tras este ejercicio no hay, por mi parte, una voluntad de sanción, de esnobismo, ni nada que no pase por realizar una foto fija de este momento vital a través de una serie de discos que me han acompañado a lo largo de este año.
2023 es un año que recordaré durante mucho tiempo. A través de los discos que componen esta lista, y las anteriores, he ido reconfigurando mi propia cosmovisión, recogiendo muchos sonidos que me son queridos y abandonando otros, cuya intensidad ya no me era necesaria. He llegado a encontrar mucha estabilidad en algunos aspectos personales pero, también, se han ido descompensado otros y, en esa evolución, esta red de música, discos, artistas, épocas y sonidos me ha ido acompañando y ha ido cambiando conmigo. 2022 significó un importante esfuerzo de reconstrucción personal. En el momento en que supe que iba a tener un hijo, empecé a reunir muchos de los discos de mi vida, sentí la necesidad de reunificar algunas de las partes que se habían ido quedando desperdigadas y darles su lugar en mi propio mundo. Esto es algo que he ido haciendo en casi todos los aspectos de mi vida. No se si extrapolable pero, a mi, la paternidad me ha forzado a reconstruir y revisar todo lo que daba por supuesto. Sin embargo, no tardé demasiado tiempo en ser consciente de que los sonidos de siempre, esta vez, no serían suficientes. Así, Repeater de Fugazi, fue el primer escalón, sobre el que construir todo lo demás. Marca el punto de inflexión, por dos razones fundamentales. En primer lugar, a nivel de sonido es rompedor, pero también, porque fue el último que compré en 2022 y el que marcó mi voluntad de reventarlo todo. Los diques se habían roto. A partir de ahí, no he dejado de indagar, de trazar parábolas hacia delante y hacia detrás y de introducir nuevos elementos en la síntesis de un imaginario, este que os comparto, del que no puedo estar más orgulloso.
Que nadie os diga, nunca, que no se hace música como la de antes, porque no es verdad. El 2023 está lleno de música buenísima, yo he ido comentando muchísimos ejemplos, como seguiré haciéndolo en 2024, no tengáis duda. Pero, sobre todo, no dejéis de buscar, de experimentar con nuevos sonidos, de intentar conectar con el lado más emocional de la música. Sentir como se te ponen los pelos de punta con Who You Are o Broken Hands o sobrevivir a la arremetida de Will o the Whispers, son experiencias que hubiese lamentado mucho no vivir. Es importante romper con el maligno algoritmo de Spotify. Es importante suscribirse a newsletters, consumir fanzines, revistas y medios culturales, algunos gratis como este y otros de pago como
. Pero, por encima de todo, comprad discos. No hay manera de hacer que esto sea justo, si no pagamos por lo que escuchamos y eso es algo que nos atañe a todos y a todas. No son pocos los grupos y los medios que han desaparecido y tampoco lo son los que lo seguirán haciendo. Suport a qui comença.Hace muchos años, leí en
, una lista del año en 15 discos y, desde entonces, todos los años, he pretendido hacer una. Al empezar, siempre me encontraba con que no había escuchado los discos, mi opinión estaba muy sesgada o no tenía nada que aportar. Año tras año, lo fui postergando y nunca llegaba a tener una idea global que hilara mi selección. Pues bien, este año lo he conseguido y, para mi, es un pequeño logro personal. Insisto, no pretendo sacar el monóculo, tan solo en calidad de igual que otras muchas que escriben, colaborar en hacer de internet un sitio un poco más plural. A lo largo de estos especiales he señalado el lugar desde el que he construido esta lista, con la intención de darle un contexto. Espero que todo el trabajo ayude a comprender mejor las relaciones internas entre los discos que señalo aquí. La lista, como las demás, no se circunscribe a 2023, aunque sí que es el lugar al que pretendo llegar.Como de costumbre, mis discos pueden ser consultados en Bandcamp (Estos días estoy empezando a comprar tmb en Qobuz) y la lista completa de lo que he estado escuchando durante este año puede ser consultada aquí (cabe mencionar que muchos discos se van a ir moviendo y que la foto de hoy, no se parecerá mucho a la del final de año). Sin más preámbulos, vamos a comentarlos.
Lista de Discos del 2023: Una lista para explicarlos todos
#10 The Record (2023) - boygenius
Mi disco más escuchado del año. Hablar de él siempre es complejo. Aun a pesar de que es más bien inofensivo, toda la conversación que ha generado a su alrededor impresiona. Las discusiones enconadas y la vorágine de basura que le ha acompañado, por haber sido hecho por tres mujeres, ha sido enorme. Todo esto, sin embargo, nos aleja de lo que verdaderamente importa: se trata de uno de los grandes discos del 2023. Para mí, toda una sorpresa, el disco y el verme tan enganchado con él. El sonido no engaña a nadie y, creo, es deliberado. boygenius, utilizan unos códigos musicales muy cercanas a aquel mejunje que recibía el nombre de rock alternativo para transformarlo en algo completamente diferente. Todo el disco suena a finales de los 90s y primeros 2000s y aquí es donde la propuesta gana enteros. Podría ser un ejercicio de nostalgia más y todo el mundo estaría más tranquilo, menos confrontado. Pero no, Phoebe, Lucy y Julien construyen en The Record, un pasado que no fue, en el que el rock de los chicos sensibles de antaño sirve para expresar otras emocionalidades: femeninas, sobre todo, pero también diversas, quebradas, vulnerables, autoconscientes, diferentes. El disco nos propone todo un ejercicio de imaginación y nos plantea un pasado que no fue, que no será nunca pero en el que me hubiese encantado crecer y, por eso, me encanta. Menos Dawson Crece y más boygenius.
#09 Nonagon Infinity (2016) - King Gizzard & The Lizard Wizard
No recuerdo cómo aterricé aquí, pero este disco es un importantísimo punto de inflexión en todo lo que tiene que ver con los diferentes paisajes que he transitado a lo largo del año. Hasta que no me paré a escuchar Nonagon, no había caído en la existencia del garage y, menos aún, en todas las ramificaciones que tiene. La propuesta de Nonagon, no es un garage rock puro, está muy tamizado por el inmenso espíritu creativo de los KGLW, pero sí que presenta muchas de las características que definen el estilo. A mí, en concreto, me sirvió de puerta de entrada a unas sonoridades absolutamente increíbles. La psicodelia de las guitarras locas, la potencia física detrás de los riffs, el nervio desquiciado que construye las melodías, todo en este disco es exagerado, desbocado y apabullante y justo lo que necesitaba en ese momento. Existe potencia de guitarras duras y ansiosas fuera del metal y esa es la principal enseñanza de este disco. Para mí, el mejor de KGLW y una de las cimas de su carrera. Me gusta tanto, que me lo tengo que dosificar porque es de esas experiencias que requieren toda mi atención. Tengo tendencia a perderme en sus desarrollos y dejarme llevar como si no hubiese nada más en el mundo. Nonagon Infinity, un puñado de temas increíbles y yo.
#08 Carrion Crawler/The Dream EP (2011) - Osees
Carrion Crawler, por su parte, representa exactamente lo mismo que Nonagon Infinity pero en la carrera de los, también muy prolíficos, Osees. Al igual que el anterior, considero que es su mejor disco y la cima absoluta de su mejor etapa como banda. Aquí llegué queriendo recorrer la senda que había abierto con Nonagon. En Carrion Crawler encontramos un sonido más pegado al garage clásico, con altas dosis de psicodelia, de guitarras vibrantes, potentes y muy brillantes, pero con una vocación diferente a la que presentan los KGLW permitiendo un acercamiento algo diferente. En términos generales, Osees se plantean un acercamiento más cercano y más basado en guitarras punk muy atractivas y muy accesibles. Esto ayuda a hacer que todo el conjunto sea digerible y, para mi gusto, no le resta un ápice de interés. Se trata, sin duda, de uno de mis discos preferidos del 2023 y un disco cuyo significado pone de manifiesto que Osees son una de las bandas más interesantes que he tenido la suerte de conocer. Podría pasarme horas hablando de este disco, diciendo lo increíble que es, intentando transmitir lo atractivo de sus guitarras y nada le haría justicia, así que poneos The Dream y dejaos llevar por Dwyer y los suyos.
#07 Every Good Boy Deserve Fudge (1991) - Mudhoney
Mudhoney cierra la trilogía del garage y lo hace con uno de los discos más increíbles que he escuchado este año. Every Good Boy Deserve Fudge era mi piedra Rosetta y yo no lo sabía. Era el disco que necesitaba para entender todo lo que me gusta, me gustó y me gustará. Llegué a él, en principio, gracias al Plastic Eternity, pero la lectura del libro Nuestro Grupo Podría ser Tu vida y las múltiples escuchas del Bleach, ya me habían puesto en la pista unas semanas antes. Mudhoney podrían haber sido la banda más grande del rock del planeta de haberlo querido y este disco es una buena prueba de ello. Es muy interesante el sonido que tienen aquí, porque representa la mejor, y más perfecta, definición del grunge que me interesa. Salido unas semanas antes de la explosión del Nevermind, EGBDF trae de vuelta el legado de Superfuzz Bigmuff, forjado a base de mezclar la influencia de las bandas de garage de los 60 marcadas por su psicodelia, su sonido físico y las limitaciones técnicas y lo mezcla con una reinterpretación del hardrock de la época, dando lugar a un sonido sucio, distorsionado, orgánico y muy potente y sincero. Estas son las coordenadas del eje en el que se van a ir moviendo la gran mayoría de las bandas de la época, desde Nirvana, con una mayor influencia de Mudhoney, hasta Alice In Chains, ya alejadisimos del garage y metidos de lleno en Black Sabbath. Con todo, y al margen del contexto, este disco presenta suficientes credenciales como para ser considerado una cima absoluta, tanto del grupo, como de su época. Para mi, es un disco que merece muchísimo más reconocimiento del que tiene y una obra única que da cuenta de un periodo de transición, tanto en lo musical como en lo generacional.
#06 Zuma (1975) - Neil Young & Crazy Horse
Neil Young es el mejor guitarrista que he escuchado y sus discos con los Crazy Horse son algo tan maravilloso que no entiendo como no son una referencia más evidente. Yo no lo había escuchado y, para mi, fue un antes y un después. He elegido Zuma porque Cortez The Killer es una cosa enorme e incontestable, pero podría estar aquí el Rust Never Sleeps y diría lo mismo de Powderfinger. Sin embargo, en Zuma, se presenta una visión de conjunto que a mi, personalmente, me resulta muy interesante y creo que es el disco de los crazy horse, junto con Everybody Knows this is Nowhere, que mejor funciona como un todo. Canciones bien construidas, desarrollos de guitarra hipnóticos, este disco anuncia los 90 que importan, como 15 años antes de que lleguen. El sonido no es especialmente limpio y su propuesta no termina de ser perfecta, es cierto. Sin embargo se aprecia, durante todo el minutaje del disco, una búsqueda personal y una fuerte pulsión a la hora de experimentar con las guitarras, más allá del sonido del rock progresivo o del folk más potente de la época, para abrir nuevos horizontes y esto lo que he conectado automáticamente. Comprender estás brechas me ha resultado imprescindible a la hora de entender y descifrar algunos de los discos que pueblan mis estanterías. Su influencia, además, se extiende a lo largo y ancho de mi lista, mi año y mi vida. Desde Dinosaur Jr hasta Bruce Springsteen, la figura de Neil Young es un tótem al que hay que rendirle un merecido homenaje y Zuma, una de las cimas absolutas de la parte más eléctrica y visceral de su carrera.
#05 The Candle and The Flame (2023) - Robert Forster
Leía en
, cuando se publicó su reseña, que Robert Forster era mi artista preferido que nunca conocería y vaya si lo es. The Candle and the Flame es un disco mayúsculo, de esos que destilan saber hacer a raudales. No estaba destinado a existir y eso. hubiese sido una verdadera lastima. Atravesado por un cáncer, por la inminencia de una muerte que, por suerte, no ocurrió, el dolor y las enseñanzas de la vida que va pasando, se justifica en la necesidad de procesarlo todo y lo impregna de un halo que se deja sentir con una fuerza que te sobrecoge desde el primer tema: She’s a Fighter. Todas las vivencias que lo componen son narradas a través del prisma de Robert Forster, un espectador tan privilegiado, como sincero y que no necesita ningún artificio. Sus letras, si les dejas, pueden atravesarte con una dosis de realidad y costumbrismo cuya única respuesta solo puede ser la de disfrutar y dejarse llevar, aunque su sinceridad sea dolorosa. En este sentido, no son tristes, son reales, son pura verdad y ponen de manifiesto una capacidad única para captar la esencia de la vida y una sensibilidad rica y llena de matices. Pocas veces he dejado entrar a nadie, o me he introducido yo, con la tranquilidad con lo que lo ha hecho Robert. A lo largo del año, he ido volviendo en innumerables ocasiones a estas canciones y, por encima de todas, a Tender Years. Amo esa canción, todo en ella es reconfortante y me recuerda que nunca nada es para tanto. Puede parece que tras este disco no hay mucho más que grandes canciones pero no hay que dejarse engañar por las apariencias, The Candle and the Flame, es uno de los discos más interesantes del 2023 y punto.#04 Food for Worms (2023) - shame
shame llegaron a mi vida, como muchos de los grupos de este año, por el soufflé alrededor de su disco en RYM. No los conocía de nada y tampoco he indagado en lo que hicieron antes, pero Adderall me conquistó casi desde el minuto uno. Luego ya, con más calma, me dediqué a buscar y leer sobre ellos y descubrí que formaban parte de la escena de Windmill, como Squid, banda que encabeza esta lista. En lo personal, todos estos grupos me hablan de una forma muy directa y consiguen vehicular en mi, todo un abanico de emociones con el que me siento muy cómodo e identificado, a pesar de la ansiedad que destilan. Lo hicieron el año pasado Black Country, New Road y black midi y este año Squid y shame. En shame, además, veo otra serie de cosas que creo que lo engrandecen aún más. Su propuesta destaca por parecer algo cutre o, al menos, menos sesuda que la de sus compañeros y plantea una revisión del post punk británico con notas de algo que recuerda al hardcore, aunque en una proporción muchísimo menor que la de sus compañeros. Sin embargo, en los detalles y en las distancias cortas es donde poco a poco, Food for Worms va arraigando hasta convertirse en un disco impresionante. Parece que shame se quiere esconder detrás de las máscaras azules y amarillas de la portada pero su calidad les rebosa continuamente y pone de manifiesto que estamos frente a uno de los mejores y más interesantes discos del año 2023. Un documento con el que no solo he entendido la grandeza de la escena de Windmill, también me he dejado por el camino los remilgos y he terminado abrazando la grandeza del punk primigenio, de la sencillez y la acción directa, incluso cuando no se trata de punk.
#03 PetroDragonic Apocalypse; or, Dawn of Eternal Night: An Annihilation of Planet Earth and the Beginning of Merciless Damnation (2023) - King Gizzard & The Lizard Wizard
Entramos en top 3 y, en efecto, en una lista de diez, he metido dos de KGLW. Tras este nombre imposible de recordar, se encuentra una de las propuestas más interesantes e increíbles de todo el año. Es un disco de metal y, además, es conceptual. Sin embargo, más allá de la historia que cuenta, la aniquilación del planeta tierra por parte del petrodragón, representa una revisión verdaderamente inspirada del sonido de la banda y un tremendo salto cualitativo en su propuesta. A nivel estilístico recogen la herencia del thrash metal que ya habían movilizado en el muy celebrado Infest the Rats' Nest, pero con la mirada puesta en Tool, en concreto en el Fear Inoculum. De esta forma, el resultado recuerda a una especie de híbrido entre lo que hacen en Nonagon o I'm in Your Mind Fuzz, pasado por el filtro de Tool y pensando en bandas como Slayer, pero sin tomarse nada en serio y dando rienda suelta a las ganas locas de riffs inflamados y potentes. Suena a ellos, KGLW tiene la capacidad de conseguir traer a su terreno casi cualquier propuesta, y presenta algunos pasajes que son absolutamente maravillosos. Para mi, destaca Dragon, pero Motor Spirit o Flamethrower son igualmente disfrutables. Al principio, tenía muchas reservas con el disco y no terminaba de entrar, aunque pasado un tiempo me terminaron de convencer. Esa mezcla entre el garage y el metal, que no suena a Grunge, ese acercamiento thrash y esa teatralidad, me confrontaban y me estaban diciendo, de alguna manera, que tenía que abrazar al petrodragon y dejar que se tragase todo lo que ya no necesitaba. Este disco representa mi corte final con muchas de las cosas metaleras de antes, pero también mi reconciliación con cierta parte de mi. Al final, mis reservas no tenían nada que ver con el disco y, una vez superado, no he dejado de retozar en este erial arrasado. Que maravilla.
#02 Remain in Light (1980) - Talking Heads
Una vez liberado de las ataduras, una vez libre de los remilgos y del que dirán, el siguiente paso lógico era la expansión y eso es Remain in Light. La prueba evidente de mi propia expansión personal. Llego, a través de Squid, que los citan como influencia una y otra vez. Es evidente, por otro lado. Pero me quedé por sus innumerables bondades. Este disco representa la unión de todo lo que estaba pasando en a finales de los 70, todo lo que estaba a punto de llegar y miles de caminos que se podrían haber recorrido y no se andaron. A nivel de estilo, Talking Heads representa uno de los ejemplos más inspirados, más inteligentes y con una mejor lectura de la evolución de lo que iba a seguir el punk, dando el pistoletazo de salida a un post punk de sintetizadores y abriendo la puerta a la entrada de ritmos orientales o, al menos, más exóticos. No en vano, se le suele catalogar como afrobeat y la influencia del funk es patente a lo largo de todo el disco. Sin embargo este factor, a mi, me interesa mucho menos que los desarrollos de las guitarras y las melodías que se hilvanan unas en otras y se van comprimiendo y descomprimiendo, transformándose y evolucionando hacia horizontes inexplorados, todo el rato, a la vez, en todas partes y sin parar. Remain in Light, me ha enseñado todo esto y muchísimo más. La cantidad de enseñanzas que se esconden en este disco creo que no tiene rival, como tampoco lo tiene todo lo que dará de sí en el tiempo y el ingente número de bandas que inspirará durante los siguientes 40 años. Sin embargo, quizá, la enseñanza más relevante que los Talking Heads tenían para mí, era la de invitarme a salir de mi zona de confort y abrazar un eclecticismo que me es tan novedoso como lejano. O, en realidad no tanto, pero me gusta pensar que si.
#01 O Monolith (2023) - Squid
Y llegamos al final de esta lista, y del año. Squid y su totémico O Monolith, ostentan el que, para mi, es el disco del año. Lo es por muchísimas razones. Se trata de un disco exquisito, con una calidad compositiva y unas canciones verdaderamente excelentes. Pero, sobre todo, la intensidad emocional del disco me resulta verdaderamente atractiva y le da una solidez única a todo el conjunto. Para mi, este disco no tiene comparación con ninguno otro de las listas que he comentado y nos muestra la mejor versión de una banda que está llamada a ser muy grande, incluso llegando a superar a sus compañeros de Windmill. Ya el anterior disco era una maravilla y aquí, no hacen más que crecer. Filtrando las enseñanzas de Talking Heads, Squid tejen una red de sonidos fuertemente influenciadas por el post rock, el post punk, el krautrock y, en general, la experimentación más vanguardista. Para mi, representa la evidencia de que siempre fueron ellos los buenos, aunque yo me empeñara en abrazar a los Black Country New Road del For The First Time y, en última instancia, la llave que cierra todo este año. En sus canciones, en su estilo y en su propuesta, se encuentra contenido todos y cada uno de los sonidos que he ido transitando a lo largo de todos estos meses y, espero, me acompañe durante muchísimo tiempo más.
Y con esto, me despido hasta el año que viene. Previsiblemente, volveré el día 11 de enero, en la semana #02, aunque puede que vuelva para semana #03, todo depende de cómo vayan las vacaciones y los diferentes quehaceres. Espero que hayáis disfrutado del paseo, para mi ha sido un gusto compartir este año de música y, quizá, en alguna de todas estas listas se esconde un buen regalo para algún amigo invisible.
Un saludo,
Muchísimas gracias por todo el tiempo que le habéis dedicado a este espacio.
Nos vemos en 2024.
Amunt ValEncia