La foto es del twitter de The Breeders
Steve Albini nos dejó ayer y, con él, se fue una leyenda. Hoy, me siento como aquellos que vieron caer a John Lennon en el Dakota. Me invade la inquebrantable sensación de que el suelo se deshace bajo mis pies y, cada vez, queda menos de lo que, de verdad, me importa. Steve, durante mucho tiempo, fue el faro de todos mis paseos por el mundo del ruido y la expresión emocional de una furia que me trascendía. Su influencia en mi gusto musical es tan potente, tan definitiva, que solo lo he podido vislumbrar sentándome a hacer una lista de todas las obras maestras tras las que se encuentra su figura. Sin embargo, para mí, destaca el hecho de ser un absoluto referente a nivel ideológico y actitudinal. Siempre percibido como un enfant terrible, un poco lo era, Albini representaba todo lo que verdaderamente me interesa del punk: el cuestionamiento de los relatos fundacionales, la impugnación de un sistema económico depredador, la ética hacker y el do it yourself, el ser incómodo, inconformista, ácido y, por encima de todo, comprometido con aquello en lo que cree hasta las últimas consecuencias, aunque eso implicase decir animaladas de las que luego se tenia que retractar.
Pocas figuras como el, me han ayudado a entender que existía un camino alternativo en el que todo lo que a mi me interesaba podía ser, todo junto y todo a la vez. Los referentes son algo importantísimo en la vida, porque nos permite proyectarnos y nos ayuda a perfilar quien queremos ser y Steve es, sin atisbo de duda, uno de los más importantes de mi vida. En un mundo, como el mío, en el que todo era tan violento, en el que las tensiones entre lo viejo y lo moderno se hacían patentes en la negación continua de mis propios gustos y en el que el camino que se abría ante mí me resultaba tan inhóspito, como poco deseable, sus producciones siempre fueron capaces de expresar aquello que yo no era capaz.
El crédito no es solo suyo, obviamente, pero todas sus producciones destilan una emocionalidad muy concreta y muy característica que lo hace claramente reconocible. Se trata de discos orgánicos y electricos, ruidosos y muy sucios. Es tal la economía de medios, que todo se comprime y se reduce a la mínima expresión y se pone al servicio del mensaje emocional, buscando una sinceridad extrema y descarnada, la verdad que subyace en todo el conjunto. Este ejercicio de desnudez y exposición, exacerba de una forma única todos los elementos, los buenos y los malos, y hace de cada obra un relato único y concreto del momento que enfrenta cada artista en el momento de grabarlo. A mi siempre me ha hablado de una forma muy íntima, hasta el punto de que, sin saberlo, me he ido quedando siempre con sus discos frente a otras opciones.
En mi memoria quedará siempre aquella imagen, con su guitarra atada a la cintura, en la tarima del 16 Toneladas, en aquel lejanísimo 2011, tocando con Shellac. La única vez que lo vi. Ante mí, todo un tótem punk, todo a lo que yo aspiraba. Todo junto, unos vaqueros, un corte de manga, Iggy Pop encarnado y todo actitud y compromiso. Hago mía, en este punto, una cita de Ama, Ama, Ama y Ensancha el Alma: me educaron para ser un hombre adinerado, pero ahora prefiero ser un indio, que importante abogado, porque Albini fue, entre otros, quienes me enseñaron que se podía ser un indio y no ser un chiste.
No es que siempre se vayan los mejores, se van los que se van y con Albini se han ido tantas cosas, que aún no somos ni conscientes. Solo por dar una idea de quién era, se negó a cobrar royalties de In Utero, porque él solo era un fontanero, un ingeniero. Esa es, a mi juicio, su enseñanza más preciada y una de las razones por las que siempre me preguntaré: ¿Qué habría pensado de esto Steve? Gracias por tanto. Te echaré muchísimo de menos.
En los proximos dias apareceran miles de lista, con miles de discos producidos por Albini, empezando por el nuevo disco de Shellac: To All Trains que sale la próxima semana, la rueda del canon es implacable e intentara apropiarse de su figura, ahora que a no puede defenderse. Está bien, como he dicho al principio, Albini está detrás de algunas de las cimas más importantes del rock de finales de los 80, los 90 y los 00. Sin embargo, no quería dejar pasar la oportunidad de invitar a escuchar algunas de las cosas menos conocidas de Steve y que, para mí, son absolutamente imprescindibles:
y pararé aquí, porque la lista incluye a bandas de la talla de The Ex, The Wedding Present, Mono, black midi y suma y sigue.